Acuclillada sobre una cornisa, resguardada de la lluvia por el canto de la azotea sobre ella, la ladrona observaba la ventana del museo a través de unos prismáticos. Esa misma mañana, Bruce Wayne había donado al museo de Gotham una valiosísima colección de joyas, tesoros arqueológicos encontrados en una expedición por África central. No podía creer lo que veían sus ojos. -¿Vuelves a las andadas?- susurró una voz serena pero jovial por encima de su cabeza. -Largo- respondió ella con voz grave y sensual. El muchacho no se movió de donde estaba, la capa negra y amarilla ondeando al viento. Selina suspiró, se colgó los prismáticos a la cintura y subió de un salto a la azotea. -¿Sabe Bruce que eres tan cabezón?- preguntó. -Creí que ya no te movías en ese mundillo- respondió Robin, señalando al museo. -Para ser un detective juzgas demasiado rápido- dijo ella-. Mira por esa ventana. Catwoman descolgó los prismáticos de su cintura y se los tendió al muchacho. Robin los rechazó y pulsó un botón en su máscara. -No veo nada. -¿Y qué te sugiere eso, chico pájaro? -¿Que me estás haciendo perder el tiempo? -Escucha, crío- explicó Catwoman-. Esta mañana Bruce Wayne dona una colección al museo. Comienza una exposición centrada en esas joyas, luego ¿dónde las ponen? -En la sala principal del museo- razonó Robin-. ¿Y? -O eres demasiado joven o nunca has estado en este museo, ¿verdad? -He estado. ¿Qué pasa? Catwoman señaló de nuevo hacia la ventana. -Eso da a la sala principal. Desde aquí se debería ver el expositor en el que han puesto las joyas. De hecho esta mañana estaba ahí. Y esta noche también. Robin volvió a mirar. Eso era cierto, no había contado con ello. -¿Quieres decir que las han robado? Pero no ha sonado la alarma. -Y eso es lo que me preocupa- respondió Selina, mirando al aprendiz a través de sus gafas protectoras-. Yo misma he robado un par de veces en ese museo, en mis mejores tiempos como ladrona, con alarmas mucho menos sofisticadas que la que hay ahora, y sin embargo siempre han acabado sonando. Volvió a posar su mirada sobre la ventana del museo. No podía creerlo. -Quienquiera que haya sido, es demasiado bueno. -Estabas mirando a la sala principal del museo- dijo Robin de pronto-. ¿Por qué? No podías saber que se iba a cometer el robo, ¿o sí? -Por favor, chico, confía un poco más en mi cerebro- replicó Catwoman-. Cuando conoces a Bruce se vuelve bastante predecible. Sepas o no sepas cuál es su plan, es fácil deducir cuántas de sus acciones filantrópicas son cebos. Batman esperaba que robasen las joyas. Robin se permitió el lujo de relajarse. -Entonces no hay de qué preocuparse- dijo-. Seguro que ya le está siguiendo la pista al ladrón. -Creo que el plan no le ha salido tan bien- apuntó Catwoman-. Creo que esperaba que otra persona, y no este ladrón, robase las joyas. -Venga ya- protestó Robin-. ¿Se puede saber en qué te basas? Catwoman desenrolló su látigo y buscó un punto de agarre. -Él no está aquí, ¿no?- respondió- No esperaba que el robo tuviera lugar esta misma noche. Enganchó el látigo en la cabeza de una farola, y se balanceó hasta la azotea del museo. -¡Eh!- se quejó Robin- ¡Espérame!
| |